Las enfermedades cardiovasculares son la mayor causa de muerte en todo el mundo. Hay una gran variedad de estas enfermedades dependiendo del orígen del daño. Podemos citar a los cuadros de hipertensión, los ACV (accidentes cerebro vasculares), miocardiopatías, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, etc.
Las causas que pueden llevar a este tipo de patologías son numerosas. Nombraremos a las más importantes.
Niveles elevados de colesterol y triglicéridos: El colesterol elevado especialmente el llamado colesterol malo o LDL es muy nocivo, ya que forma con el tiempo placas aterogénicas en las paredes de los vasos sanguíneos. Estas placas obstruyen el paso normal de la sangre.
Enfermedades metabólicas como la Diabetes o la Obesidad: También presentan elevados niveles de colesterol y triglicéridos.
Tabaquismo: La Nicotina es muy dañina ya que produce indirectamente daño en los vasos sanguíneos por producir elevación de catecolaminas, altera la coagulación y aumenta los niveles de LDL. Aparte es ya conocido el efecto de la nicotina como sustancia adictiva lo cual empeora la situación del fumador.
Otras situaciones como el Estrés o la falta de ejercicio físico: también conllevan a alteraciones metabólicas que podrían desencadenar a alguna patología cardiovascular.
Por lo expuesto anteriormente esta al alcance de nosotros disminuír los riesgos de enfermedades cardiovasculares. Cambiando algunos hábitos negativos podremos mejorar enormemente nuestra salud. Evitar el tabaco, aumentar la dosis de ejercicio físico, disminuír en lo posible el estrés y alimentarse sanamente serían medidas clave para poner las probabilidades de evitar estas enfermedades a nuestro favor.
Por supuesto que es importantísimo hacerse los análisis de rutina para ir llevando el control correcto y tener la información exacta de nuestro estado. En algunas personas los niveles de colesterol no bajan con una dieta correcta y balanceada. En estos casos el médico administrará la medicación pertinente para mantener los niveles de colesterol y triglicéridos en un nivel normal. Esto es fundamental para evitar riesgos cardiovasculares.