Seguramente habrás escuchado algunas veces el término «Células Madre«. Bueno, aquí te daré una explicación clara y breve para que entiendas el concepto y los alcances que tiene su aplicación.

Las células Madre son aquellas células que son muy inmaduras pero que tienen la capacidad de transformarse (diferenciarse) en un tipo específico de célula de cualquier tejido. Como sería el tejido neuronal, pulmonar, epitelial, etc. Justamente en su gran inmadurez radica su poder, ya que puede tomar el camino hacia la madurez y convertirse en una célula específica y diferenciada con su función específica como por ejemplo una célula muscular. Esta capacidad se denomina Pluripotencialidad, las células madre son pluripotenciales. Un ejemplo típico de células madre pluripotentes son las células madre embrionarias (del embrión). Ya se sabe que son pluripotenciales. Son objeto de gran estudio por la comunidad científica por las aplicaciones que pueden tener y que están teniendo. Solo imaginemos reparar tejidos dañados por accidentes o enfermedades gracias a la administración de células madre. Estas podrán reparar cualquier tejido, solo bastará que se diferencien en las células que sufrieron daños y de esta manera lograr la reparación o cura total de los órganos afectados.

Si bien ya se está avanzando en este campo es bueno aclarar que su aplicación no es nada fácil y aún queda un largo camino. La diferenciación celular no se produce al azar y está muy controlada por diversas y complejas reacciones. Se debe conocer hasta el más mínimo detalle de las vías de señalización y saber con exactitud cómo se genera, por ejemplo, una neurona o una célula hepática (del hígado). Por este y otros motivos, hoy en día, los tratamientos con células madre no podrán ser una realidad aplicable en seres humanos. Sin embargo, nadie duda de la potencialidad de estas células y de los beneficios que nos darán. Solo es cuestión de tiempo.

Debemos decir que nosotros tenemos a lo largo de nuestra vida células madre adultas que son las que ayudan a regenerar nuestros tejidos naturalmente. Por ejemplo, en la piel o músculo. Estas Células son multipotentes a diferencia de las mencionadas anteriormente que son pluripotentes. Las multipotentes ya no pueden diferenciarse en cualquier célula de otro órgano, sino que son órgano específicas. El ejemplo más concreto lo constituyen las células de la médula ósea que constantemente se van diferenciando en las demás células del tejido sanguíneo como leucocitos, hematíes o plaquetas. Este punto es muy importante aclararlo. Por ejemplo, una célula madre del hígado se convertirá en hepatocito (célula hepática) pero no en neurona. Por esto las células embrionarias (pluripotenciales) son objeto de tanto estudio ya que se pueden convertir en células de cualquier órgano. Un ejemplo de tratamiento con células multipotentes es el transplante de células de la médula ósea, que desde hace años se usa en el tratamiento de enfermedades del tejido sanguíneo como las leucemias de manera muy exitosa. Por supuesto que también existe a veces el rechazo entre las células del dador y del receptor. Una alternativa buena a estos problemas a veces lo constituye el uso de células madre adultas del cordón umbilical que tienen gran potencialidad. Como habíamos mencionado antes, los rechazos lamentablemente son frecuentes ya que tengamos en cuenta que las células madre usadas generalmente provienen de otro individuo diferente al receptor.

El camino es muy prometedor, pero hay varios obstáculos a superar en el tratamiento con células madre para enfermedades. Como mencione antes, es solo cuestión de tiempo para ver grandes y muy positivos avances en este campo de la Medicina.

Espero que este artículo te haya servido. Puedes dejar tus comentarios o inquietudes. Gracias.

Bioquímico y Profesor: Patricio Arroyo

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