La Creatinina es un producto de desecho del metabolismo muscular. Para entenderlo bien primero debemos conocer a la Creatina muscular que es la que da orígen al ser degradada a la creatinina. La creatina se origina a partir de unos aminoácidos como Glicina, Arginina y Metionina. Dicha biosíntesis se da principalmente en el hígado y riñón. Su objetivo es llevar energía en forma de ATP a todos los músculos. Por lo tanto es fácil deducir que la cantidad de creatina y por lo tanto de Creatinina es proporcional a la masa muscular del individuo.

Al ser la Creatinina un producto de desecho, la medición de los niveles de creatinina en la sangre es una herramienta crucial para la evaluación de la función renal y puede proporcionar información vital sobre la salud general de una persona.

Los valores normales de creatinina en la sangre pueden variar ligeramente según el laboratorio y la técnica utilizada para medirlos. Sin embargo, en general, los niveles normales de creatinina en sangre suelen estar entre 0.6 y 1.2 miligramos por decilitro (mg/dL) en hombres adultos y entre 0.5 y 1.1 mg/dL en mujeres adultas. Estos valores pueden aumentar ligeramente con la edad y también pueden variar según la masa muscular de la persona. La medición de la Creatinina tiene un amplio uso clínico. Aquí te explico dos de las más utilizadas.

Cálculo del Índice de Filtración Glomerular (IFG): El IFG es una medida de la tasa de filtración de los riñones y se utiliza para evaluar la función renal. Se calcula utilizando los niveles de creatinina en sangre, la edad y otros factores. Un bajo IFG puede indicar una disminución en la función renal y puede ser útil en la detección temprana de enfermedades renales.

Monitorización de Tratamientos: En pacientes con enfermedad renal crónica u otras afecciones que afectan la función renal, los niveles de creatinina en sangre se pueden utilizar para monitorizar la efectividad de los tratamientos y ajustar las dosis de medicamentos según sea necesario.

Bioquímico: Patricio Arroyo.
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